Zuera: la tormenta de 1915


Los miembros de la Cruz Roja recogiendo fondos por las calles de Zaragoza a favor de los damnificados por la catástrofe de Zuera. Fuente: Mundo Gráfico; Num,199; Miércoles 18 de Agosto de 1915. Foto tomada por S. Román.

Por desgracia, los medios de comunicación nos hacen llegar en ocasiones noticias sobre terribles sucesos -riadas, terremotos, tsunamis, etc. – , ocurridos en lugares más o menos cercanos y que están ocasionados por la fuerza “sin control” de la naturaleza. Lamentablemente muchas veces estás catastróficos sucesos se cobran vidas. Pero lo que poca gente en la actualidad sabe, es que Zuera sufrió con extremada dureza los esos efectos devastadores de la madre naturaleza.
Todo ocurrió el viernes 30 de julio de 1915. Una brutal tormenta de pedrisco acompañada de un viento huracanado arrasaron Zuera. Los efectos tal y como relata la prensa de la época fueron devastadores (puedes ver el artículo completo en https://buy-essays-now.com/):
El siniestro reviste proporciones de catástrofe. En varios sitios alcanzó el granizo una altura de tres metros. El lavadero de se llenó de piedra hasta la altura de las cuerdas destinadas a tender la ropa. En el mismo se hallaban treinta mujeres cuando estalló la tormenta. Con gran trabajo lograron salvarse, excepto una muchacha que fue arrastrada por la corriente por la alcantarilla del vertedero. Dos muchachos sorprendidos en el campo, trataron de meterse en una choza; uno quedó sepultado por el pedrisco, y su compañero fue recogido con lesiones importantes por los vecinos. Muchos ganados arrastrados por la corriente, se ahogaron. El viento huracanado tronchó arboles, arrasó las mieses y derribó los postes del teléfono y de la línea eléctrica, quedando la población a oscuras. Zuera presenta un cuadro aterrador, y en las calles pedazos de persianas, tejas, ladrillos y otros objetos, arrancados por el viento” (1)
Sin duda un cuadro desolador. La tragedia se saldo con 4 víctimas: 1 hombre de 70 años que fue sorprendido por la terrible tormenta en el campo; 1 niño de 5 años; 2 niñas, ambas de 8 años. Especialmente sobrecogedor es el caso de la niña de 8 años, de nombre Dolores, la cual falleció cuando se encontraba en el lavadero municipal. Cuentan las crónicas que fue arrastrada por la corriente hasta la alcantarilla del vertedero. Su cuerpofue encontrado días más tarde a varios kilómetros.
A la ya de por sí terribles perdidas personales, se sumaban todas los destrozos que ocasiono para la agricultura zufariense: “las perdidas en el campo son imposibles de calcular” (2). Sin duda algo catastrófico para un pueblo que en aquellos años vivía prácticamente en su totalidad de las “labores del campo”.
A partir de entonces empezaba una tarea ardua y difícil: reconstruir todo aquello que la tormenta se había llevado por delante. Las medidas no se hicieron esperar. Tal y como relata el Diario “ Época” en su edición del 7 de agosto de 1915: “Ha llegado una Comisión de Zuera compuesta por el alcalde, el secretario municipal y varios contribuyentes, que visitó al gobernador y al presidente de la Diputación, demandando socorros. Entregaron dos instancias: una para el ministro de Fomento, solicitando la obra de conducción de aguas, y otra para el ministro de la Gobernación, demandando socorro. El Ayuntamiento acordó enviar al Municipio de Zuera 750 pesetas para las necesidades más urgentes”. Las reacciones de solidaridad y de apoyo con los zufarienses tampoco tardaron en llegar. Por un lado desde la prensa: “todos los periódicos locales piden que el Gobierno conceda un socorro a los labradores que han perdido sus cosechas a consecuencia del terrible pedrisco que descargo en Zuera. La Prensa excita a las Corporaciones, autoridades, representantes en Cortes y particulares para que todos unidos hagan gestiones en favor de los damnificados” (2). Por otro a través de instituciones benéficas: “La Cruz Roja ha recaudado 1.729 pesetas para los damnificados de las tormentas de Zuera”. (3)


Este terrible suceso dejaría una honda pena en Zuera, que tardaría tiempo en recobrar su pulso habitual. Muestra de ello es que el Ayuntamiento acordó “suprimir las fiestas y destinar las 4000 pesetas para ellas consignadas a socorros domiciliarios” (4)

(1) La Correspondencia de España; Num.20989; Sábado 31 de Julio de 1915
(2) La Correspondencia de España; Num. 20993; Miércoles 4 de Agosto de 1915
(3) La Correspondencia de España: Num. 20999; Martes 10 de Agosto de 1915
(4) Heraldo Militar; Num. 6.913; Lunes 9 de Agosto de 1915

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