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Odón. 150 aniversario. Parte de lo que fue.

 

2012_11_18 149 Aniversario Nacimiento Odón de Buén 3873 

Desde hace varias décadas existe una corriente comprometida con la idea de rehabilitar y reubicar la figura de Odón de Buen en el mundo contemporáneo. Uno de los afluentes de dicha corriente, cada día más caudalosa, se localiza en nuestra tierra, en Aragón, y más concretamente, en Zuera. Nos sentimos orgullosos de que así sea.

Fue recién estrenada la democracia, cuando las administraciones públicas aragonesas, la autonómica y la local, dieron los primeros pasos en orden  a rescatar la memoria de personalidades relevantes que el Franquismo había relegado al olvido. Puedes encontrar explicaciones sobre ellos en cheap-papers.com.

Sin embargo la ruta institucional no tardó en converger con otra iniciada por algunos de sus familiares a ambos lados del Atlantico y que vino a desembocar a orillas del Gállego. Podríamos decir que esa primera fase culminó con el traslado de los restos de Odón desde México DF a su Villa natal de Zuera. Momento en el cual su recuerdo y su presencia se habían hecho ya explícitos en publicaciones, conferencias, equipamientos y espacios urbanos.


A partir de ese momento se inicia una segunda etapa, promovida, en principio también desde ámbitos institucionales, que se marca como objetivo la creación de una Fundación que llevase su nombre. Aunque las gestiones llevadas al efecto llegaron bastante lejos, circunstancias sobrevenidas dieron al traste con el intento.


La creación del Centro de  Estudios Odón de Buen, a mediados de 2008, por iniciativa de gentes de Zuera y Zaragoza, vino a coincidir con el cambio de coyuntura económica, la manida crisis, que poco después se vería agravada por otra no menos importante, de carácter institucional. Ambas dieron lugar a que se abriera un tiempo de sequía, en cuyo marco habría que encuadrar la iniciativa llevada a cabo por nuestro Centro de Estudios tendente a conmemorar su 150 aniversario


 


La idea de evocar el 150 aniversario de Odón de Buen vino siendo sopesada por la Junta del Centro de Estudios, prácticamente, a lo largo de todo el 2012. Pero no fue hasta final de año, cuando se hizo el acopio de la necesaria determinación para ponerla en marcha.


Conscientes de nuestra irrelevancia institucional, a finales de 2012 viajamos a Madríd con  el ánimo de obtener respaldos y capacidad de interlocución. El objetivo era organizar una serie de actos que nos permitiesen hacer más visible la imagen de Odón. Los aniversarios, aunque sean lejanos en el tiempo, nos permiten llamar la atención sobre hechos, acontecimientos o personajes cuyo recuerdo merece ser invocado. Este era nuestro caso. Obtuvimos el apoyo de la Real Academia de la ciencia, del Instituto Español de Oceanografía y aquí, en casa, del rector de la Universidad de Zaragoza. Finalmente, con esos avales nos dirigimos a Ibercaja. Suponíamos que eran soportes suficientes para llevar a cabo nuestro proyecto conmemorativo, que inicialmente integraba una exposición, un ciclo de conferencias en Zaragoza, la recuperación del nombre de una calle en la ciudad de Cuenca y el festival que tuvo lugar en Zuera el pasado 30 de noviembre, bajo el título Odón de Zuera. Amén de una nueva edición de nuestra revista, Odón.


 A pesar de haber tenido que sortear algún que otro campo de minas, hemos conseguido alcanzar prácticamente todos los objetivos que nos habíamos trazado, excepción hecha del de la exposición. En contrapartida se nos ha dado  la oportunidad de encontrarnos y colaborar con la persona de  Antonio Calvo Roy, biógrafo de Odón, y de su mano, incorporar un nuevo y transcendente hito a este largo camino que nos lleva a unos y a otros, hacia la pretendida restitución de su figura: su biografía.


 


Son  múltiples las satisfacciones que nos han deparado el trabajo y el esfuerzo  desarrollado a lo largo de este año, más allá de las dificultades inherentes a la tarea que nos habíamos impuesto.


Hemos contribuido a que la figura de Odón sea más conocida, no sólo en el marco de Zuera, Zaragoza y Aragón, sino también en la capital de España y, vía mediática, en el conjunto del país. Por supuesto, en este caso, el mérito es absolutamente de su biógrafo, Antonio Calvo y del Instituto Español de Oceanografía. Pero el Centro de Estudios ha estado ahí, creando sinergias con ellos.


Hemos entrado en contacto con personas e instituciones con las cuales en el futuro podremos interactuar en aras de los intereses y objetivos que compartimos. Entre ellos y aparte de los ya mencionados, con el Ayuntamiento de Zaragoza, de quien esperamos, entre otras cosas, que incorpore el nombre de Odón de Buen a su callejero.


También hemos podido compartir emociones de diversa índole con la familia, los descendientes directos de Odón. Especialmente con aquellos que están más lejos y a los cuales no podemos menos que expresarles nuestro más sincero agradecimiento, tanto por su aliento como por aquellas otras muestras de colaboración. Intangibles y tangibles.


La experiencia que supuso el festival “Odón de Zuera” constituyó una acumulación tal de sensaciones positivas, que a él nos habremos de referir en otro momento y de manera más pausada.


Procede manifestar también que hemos conseguido “arrastrar” al ayuntamiento de Zuera, aunque sólo haya sido “medio año”, a incorporarse a una efemérides que vino ignorando hasta las fiestas de San Licer. Aunque ahora se olviden de Odón, su  oportunista e impostada participación también ha contribuido a  la divulgación del personaje. Nos alegramos de que así haya sido, no en vano, era uno de nuestros objetivos.


 


Pero, como decíamos, el itinerario recorrido no ha estado carente de obstáculos.


Las gestiones llevadas a cabo en su momento con la Dirección General de Cultura del Gobierno de Aragón, hace meses que quedaron anegadas en su indiferencia, a pesar de sus buenas palabras.


Por su parte, la Presidencia de la DPZ denegó una ayuda que nuestro Centro de Estudios había solicitado para llevar a cabo el conjunto de la programación que teníamos previsto desarrollar a lo largo del año. Cero euros.


También nos parece reseñable el hecho de que el Diputado y responsable político de la Institución Fernando El Católico, amagase con el impago de una aportación que dicho Organismo, dependiente de la DPZ, viene haciendo a nuestra revista “Odón” desde el momento de su fundación, hace ahora cinco años. Pelillos a la mar…


 


Sin embargo todos los momentos más ingratos quedaron relegados por la extraordinaria experiencia que supuso la celebración del festival “Odón de Zuera”. Podríamos decir, como los medios al uso, que en su preparación, organización y posterior puesta en escena en el teatro, participó y estuvo presente “el todo Zuera”. El evento sirvió, entre otras cosas, para poner de manifiesto bien a las claras, que la figura de Odón, si no es objeto de burdas maniobras manipuladoras, goza de un potencial integrador entre la comunidad zufariense que ningún personaje laico había  ostentado con anterioridad.


Después del extraordinario impacto social que supuso la celebración del mencionado festival, el pasado día 30 de noviembre, a uno le queda la duda de si hemos sido lo suficientemente explícitos y generosos a la hora de agradecer la implicación que de una forma u otra llevaron a cabo cientos de personas para construir y vivir un momento tan irrepetible como el que tuvo lugar aquella tarde en el teatro Reina Sofía. Esperemos que sí.


 


 


PD.: Tarea pendiente. Hace años que desde nuestro Centro de Estudios se viene solicitando al Ayuntamiento que el nombre de Rafaela Lozano, esposa de Odón de Buen, conste en su mausoleo que, como era voluntad de éste, acoge los restos de ambos. Ha pasado el año de su 150 aniversario y no lo hemos conseguido. Este hecho, aparentemente pequeño e insignificante nos hace poner en tela de juicio la  sinceridad y la benevolente intención con la que se han organizado determinados actos en Zuera en honor de Odón de Buen, de pretendido contenido institucional.


 


Javier Puyuelo Castillo


Vicepresidente del CEOB


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


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